[1]
JUNE 25, 2022
_ESPAÑOL ABAJO_
We fight for bodily autonomy until all of us are free
[2]
Dear members and supporters,
In the wake of the devastating Supreme Court ruling OVERTURNING THE
CONSTITUTIONAL RIGHT TO ABORTION [3], we affirm that GGJ, along with our
INTERNATIONAL FEMINIST ALLIES [4], will continue to fight for the bodily
autonomy and self-determination of all women, femmes, gender expansive
people, and those with wombs under attack here in the United States and
around the globe.
Bodily autonomy is a crucial part of our vision toward a global feminist
economy, building an emancipatory society that is centered on care, being
in right relationship with each other, and in right relationship with
Mother Earth.
We recognize the timing of this atrocious decision, arriving in Pride month
on the eve of our commemoration of the Stonewall Riots, and remember that
the LGBTQ+ radical and militant movement in the U.S. is primarily a
movement for self-determination and the abolition of systems of harm.
“In this moment, we see a powerful resistance against a decades-long
escalating attack from the organized right in the United States to
eliminate our reproductive rights. LGBTQ+ communities are resisting the
criminalization of our bodies and implementing processes of mutual support
and community care to overcome these assaults on our lives,” said Kitzia
Esteva-Martinez, GGJ Grassroots Feminisms National Organizer.
Since colonization and slavery, our people have long survived and fought
back against the white supremacist practices of preventing us from bearing
and sustaining our families, experimenting on our peoples, and forcing us
to birth children through violence and rape.
We must go beyond legal arguments of privacy and individual choice when it
comes to abortion. We must normalize its necessity as one of many important
tools needed for a healthy and sustainable society.
For decades, feminist movements have sustained and defended Roe v. Wade
because it protected our sanctity to make reproductive health decisions.
Nevertheless, we know that universal health rights will likely never be
granted by a legal structure founded in misogyny and white supremacy, at
least not without mass mobilizations and coordinated feminist
revolutionizing of the system.
“Access to abortion is a human rights and gender violence issue. We
demand federal and state legislators issue policies and executive orders
like the one by the Governor of Massachusetts to protect indispensable
reproductive services. The Supreme Court decision criminalizes pregnancy
and threatens the lives of living and breathing people in society today. If
anyone’s foundational right to bodily autonomy is compromised—we are
all at risk,” stated Monique Tú Nguyen, Executive Director of MATAHARI
WOMEN WORKERS' CENTER [5].
It is imperative that we dismantle oppressive structures in our local and
state budgets, in Congress, in the streets, in schools, at community
centers, at the ballot, in our spiritual practices, and our institutions.
We must uproot the ideology that the state can regulate our bodies, force
us to give birth in shackles, place our transgender kin in solitary
confinement and kill them in prison, conduct forced sterilizations on
immigrant women in detention centers, remove us from our children, and
criminalize us because we don’t have access to basic needs like water and
housing. We must build a world with a feminist economy where bodily
autonomy gives us the freedom to live fully and in good health, free of
torture, imprisonment, and forced reproduction.
We must win terrain and power to realize this vision. Ultimately, we
organize toward DEEP DEMOCRACY AND SELF-DETERMINATION AS BIPOC PEOPLE [6],
transforming our economy to address our universal needs, sustain collective
dignity, defend the sacredness of Mother Earth, and protect our lands and
climate.
Our network of feminist resistance and OUR DESIRE FOR LIBERATION IS
STRONGER THAN THE MALICE OF OUR OPPONENTS [7], and we will continue
organizing and confronting injustice fiercely from the streets to the
polls, from the courts to Congress, in the U.S. and internationally.
Rise with us and join an action for reproductive justice near you!
LUCHAMOS POR LA AUTONOMÍA CORPORAL HASTA QUE TODES SEAMOS LIBRES
[2]
Querides miembros y partidaries,
A raíz del devastador fallo de la Corte Suprema que anuló el DERECHO
CONSTITUCIONAL AL ABORTO [3], afirmamos que GGJ, junto con nuestras ALIADAS
FEMINISTAS INTERNACIONALES [4], continuará luchando por la autonomía
corporal y la autodeterminación de todas las mujeres, femeninas y personas
de género expansivo, y aquellas con úteros bajo ataque aquí en los
Estados Unidos y en todo el mundo.
La autonomía corporal es una parte crucial de nuestra visión hacia una
economía feminista global, para construir una sociedad emancipadora que se
premise en el cuidado, en relación justa entre nosotres y en relación
justa con la Madre Tierra.
Reconocemos el momento de esta atroz decisión, que llega el mes del
Orgullo en vísperas de nuestra conmemoración de las rebeliones de
Stonewall, y recordamos que el movimiento militante y radical LGBTQ+ en los
EE. UU. es principalmente un movimiento por la autodeterminación y la
abolición de los sistemas de violencia.
“En este momento, vemos una poderosa resistencia contra un ataque
creciente de décadas de la derecha organizada en los Estados Unidos para
eliminar nuestros derechos reproductivos. Las comunidades LGBTQ+ resistimos
la criminalización de nuestros cuerpos e implementamos procesos de apoyo
mutuo y atención comunitaria para superar estos ataques a nuestras
vidas”, dijo Kitzia Esteva-Martínez, Organizader Nacional de Feminismos
Populares de GGJ.
Desde la colonización y la esclavitud, nuestra gente ha sobrevivido
durante mucho tiempo y ha luchado contra las prácticas de la supremacía
blanca para impedirnos tener y mantener a nuestras familias, experimentando
con nuestros pueblos y obligándonos a tener hijos a través de la
violencia y la violación sexual.
Debemos ir más allá de los argumentos legales de privacidad y elección
individual cuando se trata del aborto. Debemos normalizar su necesidad como
una de las muchas herramientas importantes y necesarias para una sociedad
saludable y sostenible.
Durante décadas, los movimientos feministas han sostenido y defendido Roe
v. Wade porque protegió nuestra santidad para tomar decisiones sobre la
salud reproductiva. Sin embargo, sabemos que los derechos universales de
salud probablemente nunca serán otorgados por un sistema legal basado en
la misoginia y la supremacía blanca, al menos no sin movilizaciones
masivas y una revolución feminista del sistema.
“El acceso al aborto es un tema de derechos humanos y de violencia de
género. Exigimos que todes les legisladores federales y estatales emitan
políticas y órdenes ejecutivas como la del Gobernador de Massachusetts
para proteger los servicios reproductivos indispensables. La decisión de
la Corte Suprema criminaliza el embarazo y amenaza la vida de las personas
que viven y respiran en la sociedad actual. Si el derecho fundamental de
alguien a la autonomía corporal se ve comprometido, todes estamos en
riesgo”, afirmó Monique Tú Nguyen, directora ejecutiva del CENTRO DE
MUJERES TRABAJADORAS DE MATAHARI [5].
Es imperativo que desmantelemos las estructuras opresoras en nuestros
presupuestos locales y estatales, en el Congreso, en las calles, en las
escuelas, en los centros comunitarios, en las votaciones, en nuestras
prácticas espirituales y nuestras instituciones. Debemos desarraigar la
ideología de que el estado puede regular nuestros cuerpos, forzarnos a dar
a luz en grilletes, colocar a nuestra gente transgénero en confinamiento
solitario y matarla en prisión, realizar esterilizaciones forzadas a
mujeres inmigrantes en centros de detención, separarnos de nuestros hijos
y criminalizarnos porque no tenemos acceso a necesidades básicas como agua
y vivienda. Debemos construir un mundo con una economía feminista en el
cual la autonomía corporal nos dé la libertad de vivir plenamente y con
buena salud, libres de torturas, encarcelamientos y reproducción forzada.
Debemos ganar terreno y poder para hacer de esta visión una realidad. En
última instancia, nos organizamos en dirección de una DEMOCRACIA PROFUNDA
Y DE LA AUTODETERMINACIÓN DEL PUEBLO BIPOC [6], transformando nuestra
economía para abordar nuestras necesidades universales, mantener la
dignidad colectiva, defender el carácter sagrado de la Madre Tierra y
proteger a nuestras tierras y el clima.
Nuestra red de resistencia feminista y NUESTRO DESEO DE LIBERACIÓN ES MÁS
FUERTE QUE LA MALICIA DE NUESTROS OPONENTES [7], y continuaremos
organizando y confrontando la injusticia ferozmente desde las calles hasta
las urnas, desde las cortes hasta el Congreso, en los EE. UU. e
internacionalmente.
¡Rebélate con nosotres y únete a una acción por la justicia
reproductiva cerca de ti!
GRASSROOTS GLOBAL JUSTICE ALLIANCE [8]
2000 14TH ST NW, SUITE 104, #73768
WASHINGTON, DC 20056
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¡Contribuye para apoyar a este trabajo!
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Links:
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