español El 1º de mayo, miles de personas tomarán rienda de las cosas al demandar #NoWorkNoRentNoDebt (no trabajo, no renta, no deuda) en condiciones peligrosas mientras lxs adineradxs obtienen estímulos financieros pagados por los contribuyentes. Lxs trabajadorxs “esenciales” llevan a la sociedad sobre sus espaldas, exponiéndose al virus sin tener protección apropiada, sin paga extra por enfrentarse a condiciones peligrosas y, en muchos casos,
sin seguro médico. La mayoría de lxs trabajadorxs esenciales son mujeres. Lxs trabajadorxs que se ocupan de la labor reproductiva llevan a la sociedad sobre sus espaldas, haciendo el trabajo que sostiene a todos los otros trabajos. Es un trabajo del cual no pueden ser despedidxs, en el no pueden tomarse un descanso, o en el cual no pueden irse a la huelga para obtener mejores condiciones laborales porque no es considerado “trabajo” y, por lo tanto, no es remunerado. La
labor reproductiva en las casas ha sido radicalmente transformada por el cierre de escuelas, centros de cuidado infantil y la cuarentena en los centros de cuidado de las personas mayores. Para aquellxs de nosotrxs que tenemos el privilegio de poder trabajar desde casa, el trabajo que anteriormente era subcontratado al estado, y a otrxs trabajadorxs, se encuentra hoy contenido en nuestras casas. No estás solx. Miles de personas, desde lxs trabajadorxs de Amazon, hasta lxs trabajadorxs sanitarios y lxs trabajadorxs domésticxs están demandando condiciones laborales dignas y seguras, la suspensión del pago de la renta, los pagos de préstamos y de servicios públicos. Demandamos un estado que escoja nuestra vidas en lugar del lucro de lxs adineradxs por medio de proveer asistencia económica directa a todas las personas, independientemente de la industria en la que trabajen, el tipo de trabajo que realicen o su estatus migratorio, en la forma de asistencia directa para la vivienda, el paro de cancelaciones de los servicios públicos, la expansión del cuidado infantil, el alivio de las deudas y pagos directos en efectivo de una cantidad adecuada para cada persona. La crisis es global. Necesitamos soluciones que no confronten a lxs trabajadorxs estadounidenses con lxs trabajadorxs de otros países. El
cierre de fronteras no es una solución permanente a la crisis. Necesitamos una economía feminista regenerativa, una redistribución global de recursos para asegurar la sustentabilidad más allá de la crisis. Estamos enfrentando una pandemia cuya trayectoria de propagación es una reflexión de las cadenas globales de distribución. Nuestras soluciones deben considerar las décadas de economías extractivistas que han minado a los países en el Sur Global en búsqueda de recursos. Estamos de pie en solidaridad con las demandas del Sur Global para cancelar la deuda con el FMI y las sanciones crueles que están recortando recursos médicos para aquellxs con necesidades extremas. |